Sanación
Los sanadores del Himalaya nos enseñan que la mente es como una madre y nuestras células, como sus hijos. Esta madre-mente a menudo se distrae y se aleja consumiendo gran parte de nuestra energía vital, mientras deja a sus hijos (células) solos, desatendidos y hambrientos de vida.
La sanación comienza cuando volvemos a escuchar a nuestro cuerpo permitiendo que esa madre regrese para abrazar, cuidar y nutrir a sus hijos. Los síntomas de una enfermedad son como el llanto de nuestras células, mensajes del alma escritos en el cuerpo, reclamando el regreso de la madre en forma de atención y conciencia. A menudo silenciamos estos mensajes, creyendo que la ausencia de síntomas es señal de curación. Sin embargo, esto solo nos ofrece una ilusión de bienestar, mientras nuestra mente sigue vagando perdida en sus divagaciones. Con el tiempo, las células vuelven a reclamar atención y así nos encontramos de nuevo en la enfermedad.
Te invito a reconectar contigo. A aprender a interpretar los mensajes del alma a través de tu cuerpo y a redescubrir el placer de vivir plenamente, sanando desde lo más profundo.
Sanación
Sanación
Desde tiempos ancestrales, hemos comprendido que cada parte de nuestro cuerpo y cada una de sus funciones tienen algo que enseñarnos sobre nuestra mente. De igual manera, cada pensamiento o emoción nos revela algo acerca de nuestro cuerpo. Los antiguos usaban las estrellas, el arte y los símbolos de los cuatro elementos como libros abiertos a este conocimiento. Lo hacían de una forma sencilla y consciente. Su fórmula era clara: simplificar los procesos para magnificar los resultados.
Hoy en día, esta sabiduría sigue viva en forma de códigos o mapas de sanación, representados en antiguos monumentos y obras de arte en Nepal. En mis próximas newsletters, compartiré contigo las bases de estos códigos, en especial aquellos que se encuentran en unas construcciones sagradas llamadas estupas. Estas estupas fueron edificadas siguiendo la simbología de los cuatro elementos. Juntos exploraremos las tres estupas más emblemáticas de Nepal, vinculando cada una de ellas a los elementos, a una parte del cuerpo y a los mensajes que nos ofrecen en momentos de malestar. Lo combinaremos con ejercicios prácticos de respiración derivados del ancestral yoga de la energía vital que es la base de los talleres de sanación que desarrollamos durante nuestros viajes a Nepal.
La actitud con la que recibimos los síntomas es clave. A menudo creemos que las emociones negativas dañan el cuerpo y que las emociones positivas lo curan, pero la naturaleza no funciona de esta manera. El cuerpo y la mente comparten una misma energía vital (poco a poco iremos descubriendo la magnitud de esta relación) y toda interacción entre ellos está orientada a favorecer la vida y la felicidad.
Las emociones se expresan a través del cuerpo para ayudarnos a tomar conciencia de lo que podemos mejorar. A veces el cuerpo, mediante los síntomas, nos ayuda a gestionar emociones que son demasiado intensas para la mente. Vamos a explorar los mensajes de las emociones relacionados con cada uno de los cuatro elementos, pero ten en cuenta que estos mensajes son subjetivos; una guía general que nos ayuda a encontrar nuestro propio camino. Un síntoma que para una persona puede ser una señal de liberar su ira, para otra puede ser una forma de recuperar su fortaleza. El vínculo entre cuerpo, mente y energía siempre está conectado a múltiples posibilidades, lo que fomenta nuestra creatividad y responde a nuestras necesidades personales.
De corazón, deseo que este contenido te ayude a abrazarte de nuevo, en cuerpo y mente, para redescubrir el placer de vivir desde un espíritu integrador.
Un abrazo infinito,
Sanación